La crioterapia en tendones ha demostrado ser tan eficaz como en tejidos musculares y óseos. La crioterapia en tendones se aplica en la zona afectada, favoreciendo que el tejido se regenere y vuelva a realizar sus funciones de forma habitual. Esta semana analizamos la crioterapia en tendones, su uso y sus beneficios en lesiones relacionadas con el tendón.
Un tendón es una banda de tejido conectivo, cuya función principal es unir el hueso y el músculo, además, transmite la fuerza que se genera el músculo al tejido óseo.
Las dos principales funciones del tendón son posicionales, sujetando el músculo al hueso, y de locomoción, facilitando el movimiento del hueso, a partir del gesto realizado por el músculo.
Los tendones se componen en su mayoría por una serie de fibras, jerárquicamente organizadas, que además presentan ciertos niveles de colágeno, lo cual facilita su elasticidad.
La inmensa mayoría de las lesiones en los tendones se producen debido a que una serie de fibras se han desgarrado. En ocasiones son muchas las fibras que se desgarran a la vez, en otras ocasiones, este proceso se genera poco a poco, hasta provocar la lesión.
Las lesiones en tendones se suelen dividir en dos tipos:
Cuando se produce, o está cerca de producirse una lesión en los tendones, existen algunos síntomas que indican lesiones próximas a producirse.
Tanto tendinitis como tendinosis se han tratado tradicionalmente mediante un tratamiento que consta de cuatro pasos:
En la actualidad, muchas lesiones de tendón se tratan mediante la aplicación de crioterapia. Gracias a la acción del nitrógeno en estado gaseoso podemos impactar directamente en la zona afectada, recuperando las fibras dañadas y reduciendo la inflamación en pocos minutos.
Al evitar el contacto directo del hielo con la piel, evitamos quemaduras, ya que podemos controlar de forma muy precisa la temperatura a la que aplicamos el nitrógeno.
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