Aplicación de la Crioterapia para la Fibromialgia
A menudo, los enfermos de fibromialgia se encuentran con que el enfoque terapéutico en cada caso, depende en gran medida de la opinión de su médico acerca de la causa del trastorno, de hecho, todavía no se conoce lo suficiente el motivo de la aparición de la fibromialgia, y los intentos existentes de explicar sus causas patogénicas son todavía demasiado inconsistentes para tratar a los pacientes de manera uniforme y con fundamento de causa, por desgracia, este hecho conduce a cambiar de médico con frecuencia, algo muy perjudicial para que la terapia tenga éxito, además, los pacientes no siempre creen que gran parte del potencial terapéutico requerido esté en sus propias manos.
Para evaluar la relevancia terapéutica del frío, se parte de la base de que la fibromialgia está principalmente relacionada con un trastorno de la gestión del estrés y del dolor que se caracteriza por:
● Un desarrollo crónico
● Dolores de intensidad variables distribuidos por todo el cuerpo.
● Una variedad de trastornos (no obligatorio) vegetativos, funcionales y mentales.
Síntomas principales de la Fibromialgia
● Dolor musculoesquelético espontáneo, con duración de al menos tres meses, situado cerca del tronco y periarticular con un umbral de dolor reducido.
● Aumento general de la sensibilidad de los tejidos blandos.
● Disminución de la capacidad psicofísica.
● Fatiga rápida.
● Trastornos del sueño.
● Sensación de hinchazón en las partes blandas y articulaciones.
● Dolor de cabeza.
● Estados de ánimo depresivo y estados de ansiedad ocasionales.
● Reducción de tolerancia al estrés.
El tratamiento de la fibromialgia persigue siempre un enfoque multimodal, con una serie de componentes que no deben olvidarse en la aplicación de la Crioterapia de Cuerpo Entero, entre otros:
- Aclaración/terapia de posibles causas de tipo somático o psicosocial.
- Terapia física.
- Actividad moderada.
- Terapias de relajación.
- Terapias de superación del dolor y el estrés.
- Tratamiento farmacológico.
La Crioterapia de Cuerpo Entero se ha estado utilizando con éxito desde hace algún tiempo en el tratamiento de la fibromialgia, pero únicamente debe aplicarse si el paciente la tolera y su estado general no se resiente. Sin embargo, a menudo hay prejuicios subjetivos frente al frío terapéutico, los cuales se explican por tratamientos de calor anteriores, no obstante, suele cambiarse de opinión tras una sesión de prueba.
Puede demostrarse objetivamente la clara superioridad de la Crioterapia de Cuerpo Entero frente a los tratamientos de calor (mediante métodos como la medición del dolor), con respecto al síntoma principal de la fibromialgia; el dolor crónico.
En primer plano, encontramos naturalmente el dolor de las partes blandas, a menudo muy severo, y la creciente tendencia a la fatiga de la musculatura, el resultado son restricciones en la movilidad de las articulaciones, con unas veinte y treinta exposiciones al frío pueden alcanzarse mejoras significativas de estos síntomas. La tasa de éxito está entre un 40 % y 80 %, con diferencias graduales con respecto al posible desarrollo de una memoria del dolor. En aras de un éxito sostenible del tratamiento, se debería, en la medida de lo posible, combinar la Crioterapia de Cuerpo Entero con tratamientos de activación. En el período de las tres horas siguientes a la sesión de frío, se recomienda realizar ejercicios de gimnasia con un incremento lento de la actividad física y procurando que no provoquen dolor. La tensión y los estiramientos de los músculos no deben sostenerse demasiado tiempo. Hay que tener en cuenta que el dolor y la tensión pueden afectar a los grupos musculares en diferentes grados. A menudo, el resultado es que se adopta una postura precavida con estos grupos musculares pero se fuerzan otros. El objetivo de la gimnasia es equilibrar estas diferencias. Un ejercicio de resistencia moderado y controlado puede complementar el programa terapéutico de movimiento, lo importante es encontrar la propia medida, no intentar excederse con «ejercicios de competición», respetar la fatiga, así como anotar las mejoras de rendimiento sin dolor y darles la bienvenida con alegría.
Como hemos visto, la Crioterapia de Cuerpo Entero puede ayudarnos a regular el nivel de actividad central afectado, este efecto influye positivamente sobre los trastornos de sueño que a menudo acompañan a la enfermedad y sobre los estados de ánimo depresivos observados ocasionalmente. Ambos, los trastornos de sueño y los estados de ánimo depresivos, tienen su origen frecuentemente en el dolor crónico. Gracias a la reducción (o eliminación) del dolor y al efecto equilibrador del frío, es posible lograr un sueño reparador en pocos días de tratamiento. Se han demostrado los efectos de la combinación de la Crioterapia de Cuerpo Entero con la relajación muscular progresiva de Jacobson, ya que mediante esta y la interacción con el equilibrio anímico resultante de la misma, puede aprenderse a apreciar los estados de tensión y de relajación de los músculos.
El fuerte estímulo del frío aplicado a todo el cuerpo, tiene un efecto regulador del estado de tensión de los vasos sanguíneos en los capilares de la piel, y en combinación con una actividad física adaptada a la capacidad de cada paciente, contribuye a limitar las alteraciones de la regulación y a mejorar el estado de ánimo.
Es probable también que el aumento de la irrigación de los músculos, descrito tras la exposición de todo el cuerpo al frío, contribuya a la regulación del metabolismo en la musculatura y por lo tanto, a reducir el malestar.
Por último, según un estudio médico realizado en la Policlínica Meprysa, avalado por el Dr. Armando Fernández Sánchez sobre 13 pacientes que sufrían la fibromialgia, se llegó a las siguientes conclusiones experimentales:
- Efectos sobre el sistema simpático: Desde la primera sesión los pacientes han notado un incremento de su sensación de bienestar, sintiéndose menos deprimidos y más activos. Refieren que este efecto antidepresivo y vigorizante se nota mucho en su vida personal y familiar. Algunos pacientes comentan que han podido realizar actividades deportivas y sociales que antes evitaban.
- Efectos a nivel psicopático: Son los propios pacientes los que relacionan la mejoría en su bienestar mental con el tratamiento. Tras las sesiones, comentan sentir cierta sensación de euforia.
- Efectos a nivel motriz: Muestran mayor movilidad y actividad física. Comentan que han sentido menos dolores y espasmos musculares.
- Efectos a nivel dermatológico: A partir de la tercera sesión presentan mejor aspecto de la piel.
- Efectos generales: Refieren necesitar menos medicación, como analgésicos y antiinflamatorios.
Como conclusión, se puede afirmar que la mejoría es más rápida y mayor, remitiendo los brotes en aquellos pacientes que han realizado más sesiones y más seguidas en el tiempo.
Por otra parte, la opinión general de los pacientes acerca de la Crioterapia de Cuerpo Entero es, que dentro de las distintas terapias alternativas que han probado (unidad de dolor, acupuntura,…) ésta es la más satisfactoria y eficaz.
Trastornos inflamatorios inmunomediados
Los trastornos inflamatorios inmunomediados son aquellos para los que se han podido señalar los procesos autoinmunes como causa probada de la enfermedad. La experiencia en crioterapia engloba un gran número de trastornos de este tipo como los siguientes: artritis reumatoide, espondilitis anqui-losante, psoriasis, con o sin artritis y esclerosis múltiple.
¿Cuál es la causa de estas enfermedades?
El sistema inmunológico, bajo determinadas condiciones fisiológicas, (con sus células altamente especializadas y proteínas, las citoquinas) al detectar factores nocivos, desarrolla funciones de protección importantes para el organismo humano, defendiendo al cuerpo de estos y destruyéndolos mediante una inflamación aguda.
El potencial de reconocimiento surge en el desarrollo embrionario, para «entrenarse» después constantemente durante toda la vida gracias a enfrentamientos con diversos patógenos, y convertirse así en una defensa eficaz. Sin embargo, aparentemente, puede dejar de funcionar correctamente por motivos primarios (endógenos) o secundarios (adquiridos), con ello se pierde una parte de estas propiedades específicas, a saber, la llamada tolerancia inmune (no atacar a las estructuras de los tejidos propios del cuerpo) y aparecen reacciones inmunes autoagresivas que se manifiestan en una inflamación primaria crónica destruyendo tejido. El motivo de este fenómeno sigue desconociéndose en gran parte, no obstante, la investigación genética parece estar arrojando cada vez más luz en esta «oscuridad inmunológica». En este contexto, recientemente se ha descubierto que los defectos en el cromosoma nº6 son los responsables del desarrollo de enfermedades autoinmunes, incluyendo la artritis reumatoide y la esclerosis múltiple. Asimismo, se ha encontrado un gen de riesgo en el cromosoma n º16 para la enfermedad de Crohn, una enfermedad inflamatoria crónica del intestino que también se basa en una autoagresión.
Aunque las enfermedades autoinmunes son enfermedades sistémicas, es decir, que por lo general afectan a todo el organismo, también tienen «órganos blanco» muy específicos, regiones del cuerpo a las que afectan de manera específica y manifiesta, que se detallan a continuación:
- Las articulaciones en la artritis reumatoide.
- La columna vertebral, principalmente, en la espondilitis anquilosante.
- El sistema nervioso central en la esclerosis múltiple.
- La piel (y las articulaciones) en la psoriasis (con artritis).
- El intestino en la enfermedad de Crohn.
La citoquina TNF-α (factor de necrosis tumoral alfa) desempeña un evidente papel principal en estos procesos. El exceso de producción de esta proteína por parte de las células del sistema inmunológico desata una reacción en cadena de procesos inflamatorios, se fomenta la función autoagresiva de las células inmunes, se liberan y se activan nuevas citoquinas proinflamatorias y las paredes de los vasos sanguíneos se vuelven permeables a las células inmunes agresivas, que entran así en la zona objetivo u “órgano blanco”. Estos hallazgos inmunológicos, en particular el descubrimiento del efecto destructivo del TNF-α, han permitido desarrollar tratamientos altamente eficaces.
Artritis Reumatoide
Los procesos patológicos en esta enfermedad autoinmune aparecen principalmente en las articulaciones (inflamación de la membrana que recubre la cápsula articular, destrucción de las estructuras de cartílago y hueso). Aunque últimamente se han podido adoptar nuevos principios en la terapia de esta enfermedad (bloqueo del TNF-α), el tratamiento todavía requiere un procedimiento complejo, ya que la artritis reumatoide es en el fondo una enfermedad sistémica que debilita todo el organismo, así pues, el tratamiento medicamentoso o quirúrgico o, en su caso, la kinesioterapia, la terapia física (aplicaciones de calor o frío) y también la atención psicológica deben vincularse a las estrategias de afrontamiento personal de los pacientes y coordinarse entre sí.
Existe una excelente y extensa bibliografía sobre este tema publicada por las organizaciones de autoayuda corres-
pondientes.
La artritis reumatoide es una enfermedad crónica progresiva cuya curación aún no es posible a pesar de todos los avances terapéuticos. Por lo tanto, el objetivo del tratamiento es conseguir una disminución en la intensidad de la enfermedad para detener o retrasar su progresión.
La Crioterapia de Cuerpo Entero debe entenderse en este contexto como una fisioterapia aditiva, que puede ayudar a lograr el objetivo del tratamiento si se aplica consecuentemente. En principio no pretende sustituir otros tratamientos probados, aunque, como han demostrado la experiencia y los estudios, a menudo permite reducir el consumo de medicamentos.
La Crioterapia de Cuerpo Entero debería aplicarse en el marco de un tratamiento clínico (con ingreso en un centro) con sesiones; dos veces al día, o tres en procesos de gran actividad, durante un período óptimo de entre dos y tres semanas y realizando evaluaciones médicas del progreso del tratamiento a intervalos de dos o tres días.
No obstante, un promedio de 10 a 15 sesiones de exposición al frío son suficientes para, incluso con un alto grado de actividad inflamatoria de la enfermedad, proporcionar un alivio del cuadro sintomático en términos de una reducción del dolor y de las restricciones de movimiento. La manifestación clínica se reduce y el proceso de la actividad inflamatoria se revierte.
En ningún caso debe renunciarse a actividades terapéuticas de movimiento durante la crioterapia. El ejercicio mejora la distribución del líquido sinovial de las articulaciones y del suministro de nutrientes del cartílago articular, de esta manera contrarresta la atrofia muscular causada por la inactividad que causaría daños secundarios, por ejemplo en el esqueleto.
Con base en estudios del ámbito de los tratamientos clínicos agudos, la rehabilitación y las curas terapéuticas, puede decirse que la Crioterapia de Cuerpo Entero permite obtener los siguientes progresos:
- Mejora del estado de salud.
- Reducción y supresión del dolor, así como disminución de otros signos de inflamación, tales como hinchazón y calentamiento.
- Mejora de la movilidad general y de la función de las articulaciones en hasta un 60 % de los pacientes.
- Reducción de los medicamentos (corticoides y antinflamatorios) entre un 35 % y un 40 % de los pacientes.
Los efectos de la terapia siguen siendo detectables durante un periodo de entre tres y seis meses tras su finalización.
El alivio del dolor puede mantenerse aumentando la duración de la serie de sesiones del tratamiento. La mejora en la movilidad de las articulaciones muestra un efecto a largo plazo.