Dolor crónico
El dolor crónico no debe entenderse como sinónimo de un dolor agudo cuando este se presenta solo como un síntoma, por ejemplo en un proceso inflamatorio, al contrario, el dolor crónico se prolonga durante meses o años y puede llegar a ser independiente, ir acompañado por la formación de una memoria del dolor y causar otros problemas de salud. Tales secuelas se expresan entonces a menudo en trastornos crónicos del sueño, reacciones depresivas, pérdida de calidad de vida y perturbación de las relaciones sociales.
La gama de causas del dolor crónico es muy amplia y engloba desde enfermedades orgánicas graves hasta factores psicosociales, pasando por un tratamiento insuficiente del dolor.
La aparición de un dolor crónico a menudo responde a la confluencia de varias causas. Esta es también una de las razones por las cuales el dolor crónico rara vez se puede tratar con éxito con una única terapia. Por lo general, el único modo de lograr los objetivos deseados es seguir un programa de tratamiento complejo que aborde las causas suficientes e incluya, además de terapias medicamentosas estándar, terapias físicas, elementos de kinesioterapia para recuperar la actividad así como técnicas para la gestión del dolor y el estrés.
En diferentes síndromes de dolor, la Crioterapia de Cuerpo Entero consigue incrementar significativamente el umbral de la presión del dolor. El dolor crónico puede eliminarse o reducirse durante un periodo de hasta tres meses o incluso más tiempo en algunos casos. La Crioterapia de Cuerpo Entero puede ser una opción terapéutica también para síndromes de dolor neuropático difíciles de tratar, como por ejemplo, el dolor fantasma.
Trastornos del sueño
La aplicación de frío en el cuerpo entero puede mejorar los patrones de sueño, de manera directa con la regulación de los niveles de actividad centrales, e indirectamente, cuando se elimina el dolor.
Si no existen causas orgánicas ni psicológicas para un trastorno del sueño, entonces se habla de un insomnio primario. Por el contrario, un trastorno del sueño debido al dolor crónico se considera un tipo de insomnio secundario, resultado de otro trastorno de la salud.
La experiencia demuestra que, lamentablemente, muy a menudo creemos que tenemos problemas con el sueño, pero no todos los problemas para conciliar el sueño o dormir durante toda la noche deben considerarse de entrada como un patrón de sueño alterado. A menudo, es precisamente esta presunción, sobre todo si se recurre rápidamente a somníferos, la que provoca el trastorno real del sueño. Antes de utilizar este recurso debe comprenderse que el sueño es principalmente una consecuencia lógica de estar despierto, por lo tanto, también es posible lograr una mejora con la ayuda de medios y métodos relativamente simples (actividad física, modificación del comportamiento a la hora de solucionar problemas). Las terapias físicas que actúan por el principio de «estímulo-respuesta-adaptación» son muy adecuadas para regular patrones de sueño alterados, proporcionando un equilibrio mental y consiguiendo que aumente el metabolismo muscular. Incluso antes de que se acabe de desarrollar un trastorno del sueño, las terapias físicas pueden actuar como un buen servicio profiláctico.
Se considera que se trata de un insomnio real, que deberá tratarse con una terapia, solo cuando el trastorno del sueño se prolonga de manera persistente durante más de un mes, ocurre por lo menos tres veces por semana y es el resultado de una limitación de la eficiencia asociada con el cansancio diurno.
Insomnio primario
Las características más destacadas de este trastorno del sueño son en su mayoría relativamente fáciles de reconocer:
● Aumento permanente del nivel de actividad con desasosiego y miedos durante la noche con largas fases de vigilia.
● Intentos tensos e infructuosos de conciliar el sueño, miedo a la noche.
● Pensamientos ansiosos en círculo obstaculizantes del sueño y a menudo presentes en las largas fases de vigilia.
● Agitación, tensión muscular y síntomas vegetativos tales como palpitaciones.
● Deterioro de la gestión del estrés frente a una mayor secreción de hormonas del estrés.
● Somnolencia diurna con un rendimiento general reducido.
En la medida de lo posible, el diagnóstico debería apoyase en una polisomnografía realizada en un laboratorio del sueño durante la cual se registran, entre otros aspectos, las ondas cerebrales y los movimientos oculares durante el sueño. A partir de estos parámetros puede determinarse el perfil de sueño.
● Se tarda poco en dormirse y la duración del sueño es suficiente.
● Las etapas del sueño se ejecutan en ciclos normales y los ciclos del sueño se suceden tres o cuatro veces durante la noche.
● Las fases de sueño profundo se registran principalmente en la primera mitad de la noche y las fases en las que se sueña se extienden durante la segunda mitad de la noche.
● No se detectan despertares frecuentes.
Con la edad, el perfil de sueño cambia. Este proceso tiene causas fisiológicas, por lo que no tiene importancia clínica.
● El sueño profundo es menos frecuente, y la fase 4 de sueño profundo tiene lugar pocas veces o ninguna. Se acorta el tiempo total de la fase 3 de sueño profundo.
● La duración total del sueño se ha reducido y aparecen breves momentos de vigilia con más frecuencia.
Insomnio secundario
Este trastorno del sueño se caracteriza principalmente por los mismos criterios que el insomnio primario y presenta síntomas también muy parecidos, pero las causas son debidas al dolor crónico. Este tipo de insomnio se produce como consecuencia de un trastorno orgánico. Un tratamiento insuficiente del dolor y un tratamiento del trastorno incipiente del sueño erróneo o inexistente son, por desgracia, a menudo los componentes que lo convierten en un trastorno crónico, con repercusiones negativas en la aparición del dolor.
El efecto analgésico de la Crioterapia de Cuerpo Entero es el foco de tratamiento. A menudo bastan algunas sesiones para que disminuya el dolor y con ello, mejore el sueño. “He dormido bien por primera vez desde hace meses”, así de simple y aliviado expresa un paciente cómo se siente tras la terapia.
Se ha podido comprobar que la segunda sesión de frío diaria sienta mejor al final de la tarde, también si se aplica aire frío en las partes doloridas del cuerpo antes de dormir. La ausencia de dolor resultante permite dormirse rápidamente y prescindir de tomar medicamentos para el dolor.
Salud Mental
Basándose en la amplia y fundada experiencia clínica de que la Crioterapia de Cuerpo Entero conduce a una mejora del talante y puede nivelar la excitación y aumentar el nivel de actividad, se llevaron a cabo estudios sobre sus efectos potenciales como opción terapéutica coadyuvante para trastornos depresivos y afectivos y para trastornos de ansiedad.
En aquellos casos que presentaban síntomas depresivos, la mejora del sueño fue el aspecto más sorprendente. La tasa de mejoría fue de un 91 % en problemas para conciliar el sueño, de un 98 % en interrupciones del sueño y de un 100 % en problemas de despertar temprano. Los síntomas de «pensamiento lento, falta de actividad, desasosiego y trastornos somáticos generales» se vieron modificados positiva-mente en un 80 % en comparación con el estado anterior a la exposición a la Crioterapia de Cuerpo Entero. La mejora de un 80 % con respecto a la depresión y las tendencias suicidas fue suficientemente significativa. En los trastornos afectivos y depresivos también se obtuvo una fuerte mejora/reducción significativa de los síntomas (síntomas gastrointestinales y genitourinarios, síntomas digestivos y sexuales, hipocondría, peso corporal, capacidad crítica). También mejoraron el estado general, la condición física, la actividad doméstica y laboral así como la satisfacción con la vida. En la sintomatología ansioso-depresiva pudo alcanzarse una reducción de los síntomas de un 50 %.
A partir de estos resultados, puede concluirse que la Crioterapia de Cuerpo Entero, puede ser considerada en los trastornos antes mencionados, como una opción terapéutica sintomática y complementaria.