Tiempo y frecuencia en crioterapia para un tratamiento de frío

La mayoría de las veces que nos referimos al tratamiento de crioterapia, solemos hacerlo en torno a las temperaturas, sin embargo, el tiempo y frecuencia en crioterapia son dos factores básicos, cuando buscamos un rendimiento máximo durante la terapia de frío. 

Una de las ventajas de la crioterapia es que se trata de un método absolutamente adaptable, es decir, podemos ajustar el proceso del tratamiento a las necesidades de cada paciente, sin embargo, existen una serie de recomendaciones comunes, que nos permiten optimizar el rendimiento de cada sesión.

La importancia del tiempo y la frecuencia en crioterapia

Cuando hablamos de tiempo y frecuencia en sesiones de crioterapia hacemos referencia al tiempo que debe durar la aplicación del frío, y las veces que podemos exponernos en cada sesión.

El tiempo de exposición es muy importante, si no aplicamos la terapia de frío durante el tiempo suficiente, el organismo no percibirá los beneficios del frío, al contrario, si nos exponemos durante un tiempo muy prolongado al nitrógeno líquido evaporado, podemos sufrir quemaduras en la zona cutánea, incluso provocar casos de congelación en órganos internos, que pueden ser extremadamente peligrosos, esta es la razón por la que toda terapia de frío en una cabina debe llevarse a cabo siempre bajo la supervisión de una persona experta en este tipo de terapias.

En relación a la frecuencia, en este caso hablamos del número de exposiciones a las que nos podemos someter en cada sesión. En la mayoría de los casos, existe un tiempo máximo a partir del cual la crioterapia ya no aumenta los efectos en la zona tratada, por tanto, debemos conocer la frecuencia de exposiciones para optimizar el efecto del frío en nuestro cuerpo. 

Cuánto tiempo podemos utilizar la terapia de frío

Como decíamos anteriormente, la sesión debe adaptarse a cada paciente, en función del objetivo que queramos conseguir, en términos generales, las sesiones suelen durar un mínimo de 10 minutos, este es el tiempo a partir del cual el cuerpo comienza a beneficiarse de la exposición al frío, ya se trate de una terapia de recuperación, o de una terapia con fines estéticos. El tiempo máximo que se recomienda es de 30 minutos, a partir de la media hora, la acción del nitrógeno líquido evaporado puede resultar peligrosa, tanto para la piel como para ciertas zonas del organismo.

En cuanto a la frecuencia, podemos espaciar el tratamiento en varias exposiciones, dejando hora y media de recuperación, para que el cuerpo genere un contraste de temperaturas y se recupere por completo.  

 

FUENTES  

  • https://www.fisterra.com/ayuda-en-consulta/tecnicas-atencion-primaria/crioterapia/
  • https://www.radiologyinfo.org/sp/info.cfm?pg=cryo
  • https://www.topdoctors.es/diccionario-medico/crioterapia

 

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