Tratamientos ante el cáncer de retina infantil

Cáncer de retina infantil

El cáncer de retina infantil o retinoblastoma es un tipo de cáncer ocular que se da especialmente en pacientes menores de 3 años, aunque puede desarrollarse hasta los cinco años.

Este tipo de cáncer tiene un alto porcentaje de curación y no suele dejar ningún tipo de secuela. La crioterapia es uno de los métodos más comunes para tratar este tipo de cáncer infantil. 

Qué es el cáncer de retina infantil o retinoblastoma

La retina es una de las capas internas del ojo, en este caso, se trata de un tejido delgado fotosensible, es decir, reacciona con la luz, cuya función principal se basa en convertir las imágenes en señales eléctricas, mandando esta información al cerebro. 

El retinoblastoma ocurre cuando esta capa ocular comienza a generar células malignas cancerosas sobre su superficie. Estas células se pueden seguir extendiendo, afectando a las capacidades de la retina para captar imágenes y generar impulsos eléctricos. Hoy en día el cáncer de retina infantil se puede tratar, existen métodos muy eficaces entre los que se incluye la crioterapia, para llegar a eliminar por completo las células cancerígenas de la retina y evitar su proliferación. 

Retinoblastoma unilateral y bilateral

Cuando se detecta un caso de retinoblastoma, es importante evaluar ambas retinas. Un retinoblastoma unilateral es aquel que se da en un solo ojo, mientras que los casos de retinoblastoma bilateral presentan células cancerígenas en ambos ojos. Es fundamental comprobar el estado de ambas retinas, para determinar qué tipo de retinoblastoma presenta el paciente y establecer un tratamiento adecuado. 

En el caso de un cáncer de retina bilateral, el tratamiento que se lleva a cabo es el mismo que en un caso unilateral, sin embargo, se tratan ambas retinas. El porcentaje de curación es similar en casos unilaterales y bilaterales, en España la tasa es superior al 95 %.

Las causas de la aparición del cáncer de retina infantil

La causa principal por la que aparece el retinoblastoma es genética. Es una mutación del gen RB1 el que causa la aparición de este tipo de cáncer, debido a que propicia la multiplicación de células de una manera anormal, dividiéndose de una manera anormal. 

Por tanto, evitar la aparición de esta mutación es, de momento, complejo, sin embargo, el aspecto positivo de este tipo de cánceres es que tanto la detección temprana, como los métodos actuales permiten una curación en un porcentaje que se acerca al 100 %. Las causas genéticas que propician este tipo de enfermedades todavía no se pueden evitar, pero los métodos para su tratamiento son muy eficaces.

Otro aspecto a tener en cuenta es la cuestión hereditaria. Se estima que alrededor del 30 % de los retinoblastomas son hereditarios, es decir, vienen genéticamente determinados por casos anteriores presentes en familiares. Para su prevención, es importante que niños menores de 5 años con antecedentes familiares se sometan a esta prueba.

Detectar el retinoblastoma en menores

La detección temprana es clave para establecer un tratamiento adecuado en estos casos, los síntomas habituales que pueden indicar la presencia de un cáncer de retina son los siguientes.

  • Una mancha blanca en la pupila es uno de los síntomas típicos que indican que puede haber células malignas en la retina. Habitualmente este efecto se puede apreciar en las fotos con flash, en lugar de generar un efecto de “ojos rojos”, la pupila genera un destello blanco. 
  • También el estrabismo puede ser una señal de retinoblastoma. Todos los casos de estrabismo en menores de cinco años deben evaluarse para descartar la presencia de células cancerígenas en la retina.
  • Los iris de colores diferentes también pueden ser un síntoma, aunque en porcentajes menores. El iris es la parte coloreada del ojo, normalmente ambos iris son del mismo color, aunque hay personas que muestran dos iris de colores diferentes. En niños, puede ser causa de retinoblastoma.
  • En casos en los que las células cancerígenas se han extendido, puede existir un dolor debido al aumento de presión. 
  • También es común que en estos casos existan problemas de visión.  

Ante cualquiera de estos síntomas es recomendable llevar a cabo pruebas que puedan detectar células cancerígenas, o bien que descarten un caso de retinoblastoma en menores. 

Tratamiento con crioterapia

La crioterapia es uno de los métodos que suele aplicarse para eliminar las células cancerígenas en este tipo de casos. Se utiliza una sonda a través de la esclerótica, mediante esta sonda podemos llegar a las zonas de la retina afectadas, sin causar daño en el ojo. Una vez que hemos sometido a estas células al tratamiento de frío, desaparecen sin dejar daños ni efectos secundarios. 

El tratamiento local mediante crioterapia es muy eficaz, especialmente en niños, por eso es uno de los métodos de tratamiento primario más utilizados en estos casos. 

FUENTES

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